Larvaterapia, alternativa para disminuir amputaciones

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La diabetes mellitus es una enfermedad existente desde hace miles de años y aparece descrita en la literatura médica desde el momento en que sus molestias de producción y excreción de gran cantidad de orina, y su consecuencia que es la necesidad de tomar con frecuencia líquidos como el agua, acompañada de hambre excesiva con pérdida de peso, cansancio extremo y eliminación de azúcar en la orina, fueron observados en los pacientes. Las tres P que caracterizan a la diabetes son: poliuria, polidipsia y polifagia. Los estudios epidemiológicos han demostrado que en todo el mundo afecta por igual a hombres y mujeres, y en algunos casos a la mujer gestante. La mayoría de las veces tiene el antecedente de un familiar diabético, lo que se conoce como herencia diabética, sobre la que actúa principalmente la tipo 2, la obesidad o el exceso de peso corporal por acumulación de grasa en el cuerpo y otros factores, como la alimentación rica en harinas y grasas, la vida sedentaria con poco ejercicio físico y la presencia simultánea de otras enfermedades, como la elevación de la presión arterial, el aumento de las grasas, colesterol y triglicéridos circulantes en la sangre. A la suma de estos factores se le conoce modernamente como síndrome metabólico, fenómeno que antecede por muchos años, en la mayoría de las personas, a la elevación del azúcar en la sangre conocida como hiperglucemia, y que al eliminarse por la orina le da a esta la característica de tener sabor dulce, de lo que deriva lo de mellitus o dulce.

Como consecuencia se presenta el fenómeno metabólico conocido como resistencia a la insulina en los tejidos donde esta hormona actúa, principalmente el hígado, la grasa y los músculos. Por esta razón el órgano que la produce, el páncreas, trabaja excesivamente produciendo por mucho tiempo esta sustancia, cuya acción es disminuir el azúcar en la sangre, hasta que pierde la batalla y aparece la diabetes mellitus, con los trastornos y síntomas anteriormente descritos. Para el enfermo diabético conocer su enfermedad es fundamental para el buen éxito de su tratamiento. Por eso actualmente en todo el mundo se hacen esfuerzos ingentes para educarlo, con el fin de que participe activamente en su curación. El proceso se llama educación para el paciente diabético, y es tal su importancia, que se ha ampliado a su familia. El objetivo principal es que conozca no sólo los síntomas sino también sus consecuencias y complicaciones a largo plazo.

La complicación última es la amputación, que en el 85 por ciento de los casos está precedida por una úlcera, representando entre el 40 y el 60 por ciento de las amputaciones no traumáticas a nivel hospitalario. El riesgo de desarrollar una úlcera en el pie es mayor del 25 por ciento, y se estima que cada 30 segundos se realiza una amputación de miembros inferiores en algún lugar del mundo, como consecuencia de la diabetes. La mortalidad asociada al síndrome del pie diabético es similar a la del cáncer de mama, de próstata o de colon, y en algunos años podría aumentar. No fumar, seguir una dieta saludable, practicar regularmente deportes o pasatiempos activos y mantener el peso corporal dentro de la norma, son armas contra la diabetes del tipo 2, la más frecuente, que además conlleva complicaciones cardiacas, vasculares, renales y neurológicas.

Pie Diabético

En México se registraron durante 2013 más de 75 mil amputaciones en todo el sector salud por presentar pie diabético, padecimiento que puede ser causado por el corte de un pequeño pellejito conocido como padrastro, o lesiones más severas como enterrarse un clavo al caminar, lo que deriva en gangrena y necrosis en los tejidos circulatorios. Las guías clínicas conformadas con reportes estadísticos del IMSS, ISSSTE y Secretaría de Salud, establecen que en México hay 16.5 millones de diabéticos, de los que 35 por ciento lo ignora. Por eso los expertos recomiendan revisarse constantemente los pies, buscar lesiones, ampollas y hongos en los dedos, porque pueden derivar en una catástrofe.

Aún cuando a las consultas de pie diabético asistan en su mayoría personas adultas que ameritan tratamiento para las lesiones, en los adolescentes que padecen esta enfermedad también se presentan alteraciones en los miembros inferiores, que son una alerta a tomar en cuenta para evitar las úlceras.

Los niños diabéticos difieren de los adultos en muchos aspectos, incluyendo los cambios en la sensibilidad a la insulina debido a la maduración sexual y al crecimiento físico, la habilidad de proveerse de auto cuidado, la supervisión en las guarderías y escuelas y vulnerabilidad neurológica, y se considera muy importante en la actualidad la detección temprana, utilizando como criterios a la historia familiar, la obesidad y los signos de resistencia a la insulina, debido a la disminución en la expectativa de vida en pacientes diagnosticados con diabetes mellitus antes de los 20 años de edad, en comparación con los no diabéticos, debido a un periodo subclínico que puede ser prolongado en los de tipo 2. Los cambios en el estilo de vida experimentados por la población en general han repercutido en una mayor incidencia de obesidad y en la prevalencia mundial de diabetes. Estos cambios afectan también a la población infantil y juvenil, generando una mayor tendencia a esta enfermedad tipo 2, especialmente en poblaciones étnicas minoritarias.

Actualmente, la diabetes mellitus tipo 2 en niños y adolescentes se ha convertido en un problema de salud pública emergente. En la mayoría de las poblaciones estudiadas se demuestra un aumento anual progresivo en la prevalencia. Los niños con tipo 2 son diagnosticados en general entre los 12 y 16 años.

Obesidad

Tras años de esfuerzo, México logró erradicar o reducir enfermedades graves, casi todas infecciosas y comunes en los países en desarrollo y asociadas a la pobreza, pero hoy el país experimenta un aumento sin precedente de nuevos padecimientos, propios de los países desarrollados. El incremento de casos es tan acelerado que la diabetes y la obesidad superan ya la tasa de países desarrollados. La población mexicana enfrenta una epidemia silenciosa que causa cada vez más víctimas. Hoy la obesidad, los hábitos alimenticios poco saludables y la falta de ejercicio ocasionan en 32 por ciento de las muertes de mujeres y el 20 de hombres. Es así como México ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil y el segundo en la población en general. Esto significa un alto riesgo: una persona obesa vive entre ocho y diez años menos en promedio, y a su vez la probabilidad de morir aumenta en un 30 por ciento por cada 15 kilos de sobrepeso. El sobrepeso y la obesidad constituyen dos de los más grandes retos del sistema nacional de salud, porque están directamente relacionados con la diabetes.

Esta enfermedad crónica es debida a que el páncreas no produce insulina suficiente o a que el organismo no la puede utilizar eficazmente. La insulina es una hormona que regula el azúcar en la sangre, llamada glucemia. La hiperglucemia es un efecto frecuente de la diabetes no controlada, y con el tiempo produce importantes lesiones en muchos sistemas orgánicos, en particular en los nervios y los vasos sanguíneos. Las alteraciones de la tolerancia a la glucosa y de la glucemia en ayunas son trastornos de transición entre la normalidad y la diabetes. Los pacientes con estos trastornos tienen mayor riesgo de progresar hacia la diabetes de tipo 2, aunque esto no es inevitable.

Si no se tiene diabetes el alimento se digiere en el estómago y se transforma en glucosa. Esta viaja a través de la sangre a las células del cuerpo. La insulina producida por el propio páncreas permite que la glucosa pueda entrar en las células del cuerpo y de esta manera proveerlas de la energía que necesitan para realizar sus funciones. Los cuatro síntomas más comunes de la diabetes son: aumento de sed, orinar frecuentemente, tener mucha hambre y pérdida de peso sin motivo aparente.

Cada una de las células del cuerpo necesita energía para sobrevivir. La energía se obtiene convirtiendo los alimentos en grasas y azúcares o glucosa. Esta viaja por el torrente sanguíneo como un componente normal de la sangre. Las células toman entonces una pequeña cantidad de glucosa de la sangre para utilizarla como energía. La sustancia que permite que la célula tome la glucosa de la sangre es una proteína llamada insulina. Esta es producida por las células beta que se encuentran en el páncreas, que es un órgano que se localiza cerca del estómago. Cuando la glucosa en sangre incrementa, las células beta secretan insulina al torrente sanguíneo y la distribuyen a todas las células del cuerpo, así que la insulina se adhiera a las proteínas de la superficie de la célula y permite el azúcar que pase de la sangre a la célula, en donde es convertida en energía.

Una persona con diabetes tipo 2 o gestacional no puede producir una cantidad suficiente de insulina o la que produce no es “sensible”, lo que significa que el cuerpo no puede utilizarla de manera adecuada, o sea que produce muy poca insulina o nada. Sin la insulina necesaria las células del cuerpo no pueden utilizar la glucosa que está en la sangre, y empiezan a tener hambre mientras la glucosa se va acumulando en el torrente sanguíneo.

En respuesta a esta falta de energía en las células, el cerebro manda señales que le dicen al cuerpo que coma más. Mientras tanto, otras células del cuerpo intentan obtener energía rompiendo las células grasas y el músculo. El hígado puede convertir las proteínas del cuerpo en glucosa. Entonces un ciclo vicioso inicia, se crea más glucosa pero no se puede transformar en energía debido a que no hay suficiente cantidad de insulina para llevar la glucosa del torrente sanguíneo a las células del cuerpo.

Cuando hay mucha glucosa en la sangre el cuerpo trata de deshacerse de ella por medio de la orina. La de las personas sanas no contiene azúcar. En las que tienen diabetes el exceso de glucosa absorbe el agua, como lo haría una esponja. Estas personas producen cantidades excesivas de orina debido a toda esta agua, lo que hace sentir sed, por lo que se toma agua en forma excesiva.

La Larva

En las décadas de los 30 y 40 la terapia de larvas era empleada en más de 300 hospitales en los Estados Unidos. Si bien se abandonó, la técnica fue recuperada posteriormente. El uso de larvas para limpiar heridas se conoció hace mucho tiempo como una solución de emergencia en los campos de batalla. Se practicaba hasta fines de los años 40, cuando el uso de los antibióticos y la mejor limpieza quirúrgica de las heridas la relegó al pasado, pero aunque se abandonó, era un instrumento médico efectivo.

El tipo de larva que se utiliza se alimenta de la carne descompuesta o necrótica, es una mosca de color verde metálico. Cada una pone de 200 a 300 huevos, días después nacen las larvas, después de 48 horas alcanzan un tamaño adecuado, se esterilizan en una débil concentración de formaldehido, lo que las hace asépticas para ser introducidas en la herida. Las moscas se encierran en un recipiente con agua, azúcar y un trozo de hígado recubierto con una malla, donde el animal deposita los huevos. Estos se esterilizan en el laboratorio y se preparan en las condiciones necesarias para que las larvas nazcan, lo que incluye recipientes con gel y sangre de ternera. Las larvas son colocadas en las heridas cuando miden un milímetro de longitud, y allí comienzan a comer el material muerto. Cuando alcanzan cierto tamaño, unos 10 milímetros, se cambian por otras, o si la herida ya está bien se da por cumplido su cometido.

Las larvas excretan tres sustancias diferentes que ayudan a la curación de los tejidos. Una es un tipo de antibiótico que la larva necesita, ya que su alimento es tejido descompuesto que contiene bacterias letales. La evolución le ha provisto de un antibiótico natural muy efectivo para protegerse de ellas. Se probaron los antibióticos producidos por las larvas en diferentes tipos de bacterias resistentes a los antibióticos comunes, descubriéndose que son muy eficientes. Además se vio que las larvas también excretan sales que cambian el pH en la herida, haciéndolo menos ácido y más neutro. Las heridas se curan mejor en un medio de pH neutro. Por último, excretan una sustancia que parece impulsar el proceso de curación, a la vez de reforzar el sistema de inmunidad del paciente.

Una investigadora considera que México es el único país en América Latina que está impulsando la larvaterapia en el círculo médico, pero se lamenta que en el sistema de salud no haya presupuesto suficiente para dar impulso a esta técnica, que según comentó beneficia cada vez a mayor número de pacientes. Dijo que si hubiera apoyo del gobierno para una clínica pública de heridas sería sensacional. Está documentado que un programa educacional, o dar información adecuada referente al tratamiento de larvaterapia, puede reducir hasta un 55 por ciento la frecuencia de úlceras y amputaciones.

Entre las ventajas que tiene la larvaterapia se consideran las siguientes: es menos dolorosa que la cirugía, permite tener heridas infectadas bajo control y las limpia facilitando la cicatrización y es más barata que otros métodos. Las larvas no son capaces de hacer daño al tejido sano, por lo que es muy seguro utilizarlas, incluso en heridas cercanas o en relación a cavidades y orificios naturales, en espacios huecos como en heridas profundas o extensas.

Es importante saber que las larvas son vivas, limpias y no transmiten enfermedades, no se reproducen en las heridas -únicamente las moscas pueden reproducirse-, no tienen dientes y trabajan disolviendo lo que está muerto y luego lo absorben. Las únicas molestias que pueden presentarse son: algunas personas sienten un dolor moderado cuando la herida está casi limpia, lo que se soluciona tomando algún analgésico, y que al inicio del tratamiento la herida huele más fuerte, lo que mejora al paso de las horas. Por todo lo anterior, es muy recomendable la larvaterapia para las personas adultas, como alternativa para disminuir las amputaciones debido a la diabetes.

bachillerato@inlusa.edu.mx

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2 comentarios en “Larvaterapia, alternativa para disminuir amputaciones”

  1. Yamileth cordero brenes

    Hola, mi nombre es yamileth Cordero, recido en Costa Rica, centro america, soy estudiante de enfermeria y estoy apasionada por este tema, me pueden mandar informacion del programa de posgrado en abordaje integral a las personas con heridas cronicas.. gracias de antemano

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