Se ha demostrado por vez primera que un nuevo biomaterial hecho con hidrogel y péptidos incita a las células cutáneas a agruparse en la zona, cerrando de este modo heridas crónicas que no se curan por medios tradicionales, como úlceras en los pies asociadas a la diabetes, o llagas formadas en pacientes que llevan muchos días en la cama sin apenas cambiar de postura.
El equipo de Milica Radisic, profesora en la Universidad de Toronto en Canadá, ensayó su biomaterial en células sanas de la superficie de la piel humana, llamadas queratinocitos, así como en queratinocitos derivados de pacientes diabéticos de edad avanzada. En las pruebas, heridas que no se habían curado con los cuidados convencionales se cerraron un 200 por ciento más deprisa que sin el nuevo tratamiento, y un 60 por ciento más deprisa que tras un tratamiento con un producto comercial puntero basado en el colágeno.
Hasta ahora, la mayoría de los tratamientos para heridas crónicas implicaban aplicar de forma tópica pomadas que promueven el crecimiento de vasos sanguíneos en el área afectada. Pero en los pacientes diabéticos, dicho crecimiento está inhibido, lo cual hace ineficaces a tales tratamientos.
Radisic y sus colegas han estado trabajando con su péptido especial, llamado QHREDGS, o péptido-Q, durante casi 10 años. Sabían que promueve la supervivencia de muchos tipos de células diferentes, incluyendo células madre, cardiacas y fibroblastos (las células que dan forma a los tejidos conectivos), pero nunca lo habían aplicado a la curación de heridas. Los resultados recientes demuestran que el biomaterial es también muy útil para esta función.